jueves, 25 de agosto de 2011

Fedra, la mujer amante

Entre todas las mujeres que han amado se podría poner el modelo del amor de "Fedra" -de la tragedia clásica-, porque ni ella puede amar al objeto de su amor (su hijo político Hipólito), ni a la vez puede dejar que otra persona lo ame, se crea una posesión celosa y son los celos al final y no la reputación de él lo que termina desencadenando toda la tragedia. Porque en el amor desde que hay posesión hasta que uno se libera de su persecución hay todo un camino de aprendizaje y hemos de pasar por él si queremos reconocerlo de verdad; otra cosa es que estén los caminos rápidos que nos venden ahora, los atajos y la vía hedonista donde el amor evidentemente no dura nada. O los caminos nihilistas... El amor de madre siempre se puede poner como ejemplo universal, en todo caso. Pero el ejemplo que encarna Fedra es la perversión de este amor por la obsesión celosa. En el elemento masculino este amor tiene como prototipo a Otelo, el drama shakespeariano.

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