jueves, 25 de agosto de 2011

los sexos se diferencian

Los sexos se diferencian de múltiples maneras: por su carga genética, por las gónadas y características sexuales secundarias, por sus hormonas y también por su estructura y funciones cerebrales. “No es de extrañar que existan enfermedades que afecten más a un sexo que a otro, su existencia es como una confirmación del dimorfismo sexual del que venimos hablando”, así se pronuncia Francisco José Rubia, catedrático de la universidad complutense de medicina de Madrid. En el caso del lenguaje en los estudios realizados con modernas técnicas de imagen cerebral mostraron que las mujeres se basan en funciones de ambos hemisferios para ciertos aspectos del lenguaje mientras que en hombres el lenguaje está más lateralizado en el hemisferio izquierdo en la inmensa mayoría de los individuos. Otro tema es el importante papel que juegan las hormonas en la determinación temprana del sexo. El cerebro del hombre termina de madurar en la adolescencia, al menos las regiones filogenéticamente más modernas y es de esperar que durante todo ese tiempo las influencias medioambientales, entre las que se cuentan las hormonales tengan una enorme importancia. Estamos ante dos individuos de diferente sexo con capacidades y cualidades complementarias. Algunas de ellas tienen ventajas sobre otras del sexo opuesto; otras desventajas. De ahí que no se pueda deducir la superioridad de un sexo sobre otro, sino simplemente constatar que son diferentes y como he dicho antes complementarios.

El hecho histórico de la opresión del sexo femenino por el masculino en la historia de la humanidad no debe llevarnos a considerar que el ideal sea la igualdad total entre los sexos. Una cosa es el papel social que cada uno debe jugar y su igualdad ante la ley y otra sacar de ello la conclusión de que deberíamos ser completamente iguales desde el punto de vista biológico. Las mujeres suelen ser más rápidas en la percepción y en la memoria visual. Suelen ser por término medio más sensibles en todos los órganos de los sentidos, excepto en la visión. Se ha podido observar en las mujeres una mayor sensibilidad para los gustos y para los olores, sensibilidad que varía dependiendo de los niveles de hormonas circulantes durante la menstruación y el embarazo.

Dijimos que excepto en la visión las mujeres superaban a los hombres en los demás sentidos excepto en el reconocimiento de caras familiares, en la expresión facial o en el tono de voz que son facutades que dependen probablemente del hemisferio derecho del cerebro y de sus mejores conexiones con el sistema límbico, aquí las mujeres superan a los hombres, quizá porque para las madres es fundamental entender la expresión facial de sus bebés. Aparte de la percepción visuoespacial donde nos superan los chicos en cuanto al lenguaje en individuos normales se pudo constatar que las chicas tenían mayor habilidad verbal que los chicos, las chicas cuando empiezan a hablar lo hacen antes que los chicos, tienen mejor vocabulario, hablan con mayor corrección gramatical y son más fluidas en pruebas que requieren la generación de palabras. Al parecer respecto al lenguaje el hombre tiene las funciones ingüísticas más lateralizadas en el hemisferio izquerdo mientras que las mujeres tienen el lenguaje más biletaralizado. La diferenciación en las capacidades visuoespaciales están desarrolladas en el hemisferio derecho y el sexo masculino y se deben probablemente a su lateralización del lenguaje. La capacidad visuoespacial ocupa regiones del lóbulo témporo-parietal derecho que normalmente están empleadas en el lenguaje en el hemisferio izquierdo, de manera que esta lateralización más pronunciada en el hemisferio izquierdo en el hombre hace que el lóbulo parietal derecho esté plenamente ocupado con las habilidades visuoespaciales, mientras que en la mujer la mayor bilateralización del lenguaje ocupa zonas del hemisferio derecho que se encargan de la capacidad visuoespacial por lo que esta capacidad está disminuida.

En cuanto a las emociones la mayor amplitud de algunas partes del cuerpo calloso y de la comisura anterior en el sexo femenino ha servido para explicar una mayor capacidad de la mujer para juzgar las emociones de los demás, ya que especialmente la comisura anterior une -al parecer- regiones del sistema límbico. Aunque la amígdala tiene como función principal dar significado emocional a los estímulos que le llegan también está implicada en el juicio de las emociones ajenas, lo que explica que se hayan encontrado diferencias en la amígdala de los dos sexos. En otro apartado estudios realizados con técnicas de imagen cerebral demuestran que el hipocampo es más grande en mujeres que en hombres. Los estrógenos pueden alterar la excitabilidad de las células del hipocampo, la formación de sus dendritas y las uniones con receptores o neurotransmisores (adrenalina, serotonina, acetildolina) que están en relación con el aprendizaje y la memoria. Hoy se sabe que los estrógenos no sólo regulan las estructuras cerebrales que están en relación con la síntesis de hormonas sexuales sino que tienen una influencia sobre funciones cognoscitivas como el aprendizaje y la memoria así como sobre estrategias de comportamiento y solución de problemas. Y esto se aplica tanto al hombre como a la mujer ya que la testosterona se convierte en el cerebro en estrógeno y el cerebro es el que determina también la conducta. En cuanto a la agresividad la relación entre agresividad y hormona masculina, testosterona, no es una relación simple. El problema radica en que la testosterona es responsable de la agresividad pero la agresividad aumenta los niveles de testosterona también, luego puede ser tanto causa como efecto. En cualquier caso la testosterona se relaciona con la violencia física y aumenta desde el comienzo al final de la adolescencia y disminuye en la edad adulta. Aunque las glándulas adrenales y los ovarios producen testosterona aumentando su producción durante la adolescencia muestran una diferencia entre los sexos que llega a ser veinte veces más alta en varones que en hembras.

Por tanto, yo creo que aquí es donde está sobre todo la diferencia en la produccion de testosterona, que es superior en el hombre y durante la adolescencia sobre todo. Las demás diferencias pueden concurrir pero no son tan amplias en proporciones relativas. Por eso si queremos lideres jovenes, agresivos, estamos destacando ese aspecto de la diferencia, otra cosa es que deseemos tal vez buscar un liderazgo mas calmado que de mas seguridad, no sé, pero desde luego así es como respondería la estructura cerebral. Todos estos datos están extraídos del libro de Francisco J Rubia: “El sexo del cerebro”.

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